Para Caetano Veloso
Un dibujo de sus manos
eleva la plegaria,
un simple gesto
en el universo
hace del acorde de las cuerdas
la parábola
sin exequias;
él
despliega las banderas
seduce
en lineas de elegancia,
un tono
de su voz
en la palabra,
suave
agridulce
sin engaño.
Es la fiesta,
en un instante
solo él
y desaparece el entorno.
Laura
Antillano
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