jueves, 12 de julio de 2012

Aprovecha el otoño





En aquel gélido país, con una ligera llovizna sobre su rostro, ella caminaba sin rumbo… De pronto vino a su mente aquel personaje de una serie de TV, ese que siempre iba errante con su mochila al hombro. Pensó que se parecía un poco a él y trató de recordar infructuosamente su nombre.  

Pasó frente a una sala de cine: “En la cama con Madonna” decía la cartelera.
  • A este país siempre llegan las películas más viejas       - pensó -
Decidió verla. Después de unos minutos en la pequeña antesala, entró y se sentó sola en la oscuridad de la sala. Mientras veía la película pensaba en lo cansada que estaba, le dolían mucho los pies de tanto andar y tenía las manos congeladas, además del hambre que ya era costumbre. Sacó unas galletas de su morral y las comió mientras soportaba aquella terrible trama sin sentido. Después de un rato de tortura, ver a Madonna en un film puede ser un verdadero tormento, se levantó y salió de la sala.
Se fue en dirección a su residencia, pensó en tirarse en su cama y descansar los pies y la tristeza.
De pronto notó que un hombre también había salido de la sala de cine y la seguía, un poco nerviosa apuró el pasó, pero él la alcanzó:
- Veo que está sola. - le dijo -
  • No, no lo estoy. Voy sola, pero no estoy sola. ¿Entiende la diferencia?
  • Entiendo, disculpe la confusión. - Dijo el hombre mientras daba media vuelta y se retiraba-
Se sintió aliviada y agradecida de que en aquel país fueran todos tan educados y continuó su camino, solo quería el calor de su habitación, aterrizar en su cama, dejar afuera el otoño acontecer y olvidarse del mundo. Cuando por fin llegó y abrió la puerta de su habitación notó con extrañeza que todo estaba a oscuras, luego cuando sus ojos comenzaron a ver mejor en la oscuridad, advirtió que su compañera de habitación estaba recostada en la cama con un hombre, había una música muy suave de fondo y las cortinas estaban cerradas..
  • Cuando parece que las cosas no pueden estar peor siempre hay alguien que hace un esfuercito para demostrarte que no es así. - Decía mientras una furia inusual la sacudía de los pies a la cabeza -
Caminó hasta la ventana, corrió las cortinas, luego se acercó a ellos, apagó el reproductor de música y les dijo:
  • ¡Estoy extenuada y necesito dormir! ¡Quiero que salgan ya!
  • ¡Esta también es mi habitación! Contestó su compañera
  • Entonces te puedes quedar, ¡pero tu amigo se va!
La pareja, visiblemente molesta, abandonó con premura la habitación.
Se sintió aún más triste y frustrada, no podía creer su suerte, se recostó en la cama pero ya no pudo descansar. Recordó el nombre del personaje de la serie de TV:
Kwai Chang Caine. Sí, ella era igual a aquel hombre que andaba por caminos polvorientos, llegaba a pueblos remotos y se enfrentaba a muchas injusticias.
Era inútil tratar de descansar, se levantó de la cama y salió de nuevo a caminar. Afuera helaba, un viento muy fuerte golpeaba sus mejillas y despeinaba sus cabellos; las hojas rojas, doradas y ocres giraban a su alrededor como invitándola a bailar, pero las ignoró.
El paisaje lucía maravilloso, una alfombra de oro lo cubría todo, era la naturaleza haciendo poesía, pero ella no lograba ver el prodigio, estaba demasiado triste y amargada para percibir la belleza. Se sentó en una banca ya sin fuerzas y de pronto una hojita entre roja y amarilla cayó suavemente sobre su regazo, ella la miró, reparó en su color, en su forma, en la belleza que encierra la simpleza de una hoja seca… recordó aquel verso de Benedetti:

Aprovecha el otoño
Antes de que el futuro se congele
Y no haya sitio para la belleza
Porque el futuro se nos vuelve escarcha

Reaccionó. Benedetti siempre la hacía reaccionar, volvió como de un estado de coma.
Se sintió confortada después de mucho tiempo…
Comprendió que se perdía de un hermoso otoño por su hostilidad, por empeñarse en estar triste, por dejar volar tanto su pensamiento que se ausentaba totalmente de aquel lugar mágico.
Miró a su alrededor, el paisaje tenía un color rojizo encantador, vio a un grupo de niños jugando entre la hojarasca, los escuchó reír…
Entendió que el momento se le escapaba,
que la vida es sabia y cada cosa tiene su tiempo,
que debía ocupar su lugar en el presente.
Sacó su libreta y un lápiz del morral y comenzó a escribir:
“Amor mío, te envío este pedacito de otoño que me encontré en el camino. No sé a qué árbol perteneció, no sé cuantas ventiscas la han arrastrado antes de llegar a mí, el sol cálido ya no la acariciará jamás, pero aun cuando perdió su verdor, cobró una nueva belleza, cada estación tiene su propio color, su encanto…
Hay tanta belleza en este lugar, la brisa es fuerte y helada pero voy a abrir las puertas de mi alma para dejarla entrar, voy a aprovechar el otoño…”
Al terminar de escribir, dobló la carta, la introdujo en un sobre y dentro colocó la pequeña hoja, se levantó más animada y caminó hacia la oficina de correos...


8 comentarios:

  1. Gatita hermosa historia, tu siempre tan creativa con esos cuentos, felicidades amiga un beso.

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  2. Ahhhh ese Benedetti y su mágica forma de hacer que entendamos que no podemos dejar que la alegría nos este tirando piedritas en la ventana.
    Ahhh esa gata querida y amiga que me recuerda que aunque no este muy acostumbrada a los otoños, tendría que sonreír aún cuando este bajo los 35 grados.
    Hace rato que los leo (a ti y a Benedetti)... ya me di por persuadida.

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  3. Awwww que bello gatica... que escritura tan femenina!!! son retazos, sin duda. un collage de fotos, pedacitos, instantes!! Gracias :*

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  4. Simplemente sublime. Gracias por compartir.

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  5. ¿Alguien quiere por favor pensar en la compañera de cuarto?

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  6. Tu lirica en prosa seduce e inspira querida amiga, de pronto me torne en esa hoja y me imagine un buen destino dentro de un sobre, de esos que contienen las cartas que ya no se acostumbran...ojalá que la imaginación me baste para llegar, aunque sea sin verdor, al "amor mío"...felicitaciones!!! me has traído gratos recuerdos del pasado...

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  7. Quiero saber donde está él.¿Donde está? Acaso en un lugar más frio que el de ella. Creo que puedo ver la lágrima que corre por su mejilla al leer la carta y descubrir la hojita seca dentro del sobre. Creo que él añora su calor -el de ella- en este momento. Me gustó Gatuna. H E R M O S O.

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  8. Felicitamos tu pág., excelente. Nuestro saludo del programa de radio "Más de 40", desde Napaleofú, Argentina.

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